Consecuencias de las erupciones.
Consecuencias de las erupciones:
Las erupciones volcánicas producidas en Lanzarote entre 1730 y 1736 tuvieron un enorme impacto social, económico, paisajístico y psicológico sobre los habitantes de la isla conejera, quienes habían acabado de salir de una grave recesión que comenzó entre 1719 o 1720. Recogido a través de testimonios y documentos de la época, los cuales permiten hacer un seguimiento, aunque incompleto, de las erupciones.(véase la entrada sobre la documentación).
Las erupciones volcánicas producidas en Lanzarote entre 1730 y 1736 tuvieron un enorme impacto social, económico, paisajístico y psicológico sobre los habitantes de la isla conejera, quienes habían acabado de salir de una grave recesión que comenzó entre 1719 o 1720. Recogido a través de testimonios y documentos de la época, los cuales permiten hacer un seguimiento, aunque incompleto, de las erupciones.(véase la entrada sobre la documentación).
Este fenómeno natural es singular en comparación con el resto de erupciones históricas del archipiélago, producida por una gran fractura en la parte central de la isla, que abarcó desde San Bartolomé en el Noreste hasta el Golfo en el Suroeste.
Las actividades vulcanológicas derivaron
en la destrucción de numerosas aldeas, iglesias, graneros, embarcaderos como el
del Janubio, así como, extensas vegas muy fértiles que constituían la base de
la producción cerealista para el autoabastecimiento y para su exportación hacia
el resto de las islas del archipiélago.
Como se sabe, este fenómeno catastrófico actuó sobre la zona central de Lanzarote a través no solo de erupciones violentas que sepultaron una gran superficie sino también de la emisión continua de ceniza que produjo la inutilización de las tierras de labrado u otras instalaciones de las zonas limítrofes.
La pérdida de estas grandes extensiones de terreno que estaban destinadas al cultivo de cereales tuvieron grandes repercusiones económicas en la isla, ya que impidió el tradicional comercio exportador hacia el resto de islas y, con ello, la llegada de capital y otros bienes de consumo. Sin embargo, esta crisis del grano no sólo afectó al comercio, sino también al abastecimiento de las aldeas que no habían sido afectadas por las actividades volcánicas.

Hay que destacar que con el transcurso del tiempo, cuando las condiciones fueron más favorables, gran parte de la población retornaría fundando nuevas aldeas o poblados a través de la concesión de tierras que las instituciones locales otorgaban o, incluso, la Real Audiencia de Canarias.
Sólo durante el primer año de la erupción se estima, por referencias de documentos de la época como el denominado manuscrito de Simancas, que aproximadamente 2000 personas (44%) de la población de Lanzarote emigró a otras islas, principalmente Fuerteventura.
Actuaciones de las instituciones:
Las instituciones, tanto locales como la Real Audiencia de Canarias, ante la gravedad de la crisis formularon y pusieron en práctica medidas para la protección de los vecinos afectados en la isla y también para evitar perder el control de la situación, ante la masiva salida de familias y bienes a otros lugares del archipiélago. De este modo, la Real Audiencia encarga a Don Melchor de Arvelos, Alcalde Mayor interino de Lanzarote, una serie de obligaciones como:
- El cuidado y resguardo sobre todo de los granos y graneros ante el avance de la zona afectada por las erupciones.
- También ordena ''que continue la administracion de Justicia; que mande mande a todos los de esa isla y a todos los patrones de barco, no permitan salir ni reciban familias, granos, ni otros muebles...''. Así, lo que se pretende es impedir el abandono precipitado de Lanzarote de personas y bienes, fundamentalmente granos, para evitar el desabastecimiento de la misma y la pérdida del control de la coyuntura, imponiéndose graves penas para todas aquellas familias y patronos de barco que intentasen huir hacia otras islas.
- La restauración de ''... cuanto hubiere el fuego destruido y sea preciso para la manutension de esos vecinos''.
- Creación de una Junta Provisional formada por el propio alcalde, por Francisco Nantes Betancourt (regidor), y Nicolás Clavijo, por el Cabildo eclesiástico.
- Formación de una Junta delegada de la Real Audiencia con la finalidad de manejar adecuadamente la crisis, hacer cumplir las ordenes e informar periódicamente al regente de la RR.AA.
- En cuanto al alojamiento, se permitió a todas aquellas familias que habían perdido sus pertenencias construir con los medios necesarios estructuras habitacionales para guarecerse de los temporales.
- Finalmente, el 9 de diciembre de 1730 las autoridades locales y la Real Audiencia ceden autorizando ''... a algunas familias sin habitación ni forma de hacerlas por su pobreza para que pasen a la isla de Fuerteventura, y no a otra, permitiéndoles sacar libremente los granos y muebles que fueren suyos...''. El 29 de enero del año siguiente se permite que las familias afectadas pueden partir hacia otras islas como Gran Canaria, Tenerife, La Palma, La Gomera y El Hierro, previniendo una masiva evacuación hacia la isla de Fuerteventura.
- Y como preocupación se ordena que queden en Lanzarote ''... el vecindario suficiente para sostenerla contra cualquier invasión...''.
Comentarios
Publicar un comentario