Introducción: Lanzarote antes de las erupciones.
Antes del inicio de las erupciones ocurridas entre 1730 y 1736 la isla de Lanzarote era relativamente plana, con zonas que no superaban los 300 metros de altura (todo ello consecuencia de la progresiva erosión del terreno ante la poca actividad volcánica de los últimos milenios y ante la inexistencia de grandes masas de bosques).
Las zonas más altas se situaban en los extremos noreste y suroeste de la misma, a través de los macizos de Famara y Los Ajaches respectivamente.
Según algunos testimonios, la zona central de la isla, conformada por Yaiza y Teguise, era la más fértil de la misma.
En líneas generales, la población de la isla estaba fuertemente vinculada a la agricultura de cereales destinada al autoabastecimiento y a la ganadería caprina y ovina, aprovehando los pastos de la zona más baja. Por su parte, la actividad pesquera era muy escasa a pesar de su riqueza.
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Representación de la agricultura en el municipio de Tías |
Si atendemos a la documentación de la época, la zona que posteriormente sería afectada por las erupciones estaba ocupada por diversos pueblos, muy dispersos y con escasa población. Según estas fuentes, esta serie de asentamientos se concentrarían alrededor de 3 núcleos principales: Teguise, la capital, Yaiza y Haría, siendo esta última la única no afectada.
Atendiendo al informe de la Real Audiencia de Canarias fechado a 29 de Diciembre de 1730, el número de vecinos era cercano a 1067, 113 en la jurisdicción de Haría, 744 en la de Teguise y 210 en la jurisdicción de Yaiza. En total, utilizando un coeficiente multiplicador de 5, habría aproximadamente unos 5000 habitantes.
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